CASTIDAD
Valor espiritual
Llamados a unirnos a Dios con un corazón indiviso,
nutrimos amor y celo por la castidad
-don de la gracia del Señor
y ornato de toda perfección-,
que abre nuestro corazón
a una experiencia más viva del amor de Dios,
inspira y promueve la fraternidad,
y es fuente de fecundidad apostólica.
POBREZA
Valor espiritual
Llamados a seguir a Cristo Jesús
y a imitar su ejemplo y el se sus discípulos,
que vivían en común,
en común lo ponemos todo,
nutriendo en nuestro corazón y manifestando con las obras
el celo ardiente de nuestro Padre, San Jerónimo,
por el tesoro de la pobreza evangélica.
Confiando plenamente en la bondad del Señor
y con el corazón libre de toda preocupación
por los bienes terrenales,
crecemos cada día más en la pobreza,
para hacer partícipes a los hermanos
de las riquezas del amor de Dios
y el apoyo de nuestra ferviente caridad.
OBEDIENCIA
Valor espiritual
Siguiendo el ejemplo de Cristo,
que obedeció constantemente al Padre
hasta la muerte de cruz,
nos ofrecemos a Dios,
buscando y acogiendo en todo momento su voluntad.
Así alcanzamos la libertad
que Cristo prometió a sus discípulos,
caminamos más rápidamente
por la senda de la perfección
y estamos libres para servir a los hermanos.
De las Constituciones y Reglas (CC.RR) de los Padres Somascos