El 27 de septiembre de cada año la familia somasca festeja a María, venerada como Madre de los huérfanos.
Fue el 27 de septiembre de 1511 cuando S. Jerónimo fue milagrosamente liberado de la prisión. Atribuyó este hecho a la intervención de María.
María es para san Jerónimo Emiliani la «responsable» en el llevar a cabo el proyecto que Dios tenía para su persona. Ha sido María la que ha hecho cambiar su proyecto de vida como militar de la República de Venecia. Dios lo quería para otra gran labor: ser padre de los huérfanos y de la juventud abandonada.
Dios de misericordia, que has derramado tu ardiente amor hacia
los pobres y los huérfanos en el corazón de la Virgen María, concédenos,
por su maternal intercesión, crecer siempre en el testimonio de tu amor.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Dios, Padre bueno, que en María nos has dado una madre de inmensa ternura, guarda a los pequeños, a los desamparados, a los huérfanos, y haz que en nosotros se avive continuamente el compromiso de servirlos con generosa dedición. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Virgen María, Madre de las gracias y esperanza nuestra, mira con bondad a la Familia Somasca que, a imitación de San Jerónimo, nutre por ti una filial devoción.
Protégela de las asechanzas del mal: guarda y fortalece a cuantos ya forman parte de ella, y sostén a cuantos están iniciando este camino.
Irradia tu luz sobre jóvenes dispuestos a entregarse a los demás como hizo Jerónimo, como tú misma hiciste, dándonos a Jesús; y como también se entregó tu Hijo, para nuestra salvación: el amor de Dios Padre, la fuerza del Espíritu Santo y tu mano protectora los acompañen siempre.
Y también a nosotros, que ahora te invocamos con amor filial. Amén.
I VÍSPERAS
HIMNO
Oh, Virgen dulce, Reina esplendorosa:
a ti, Fuente de gracia y de consuelo,
haz que recurra el huérfano en su duelo
en ti confiando, oh Madre bondadosa.
En la tristeza de su desventura,
en el cansancio de su incierta vida
haz que del mal evite la herida,
que su dolor se alivie en tu dulzura.
¡Oh, Madre tierna y dulce,
oh, Madre, tú, de amor!
Protege siempre al huérfano,
consuela su dolor. AMEN.
LAUDES
HIMNO
Virgen libertadora del Emiliani: ¡Salve!
A ti, la Fundadora, te queremos saludar.
De nuestra filas suba hasta tus pies, Señora,
la ofrenda portadora de todo nuestro amor.
Madre de los sin madre: socorre desde el cielo
a cuantos, en su duelo, imploran protección.
E infunde en nuestras vidas el celo y la alegría
con que el Miani, un día, a ellos se entregó.
Gloria a Dios Padre bueno y al Hijo Jesucristo
y al Espíritu, gloria por toda eternidad.
Y tú, Santa María, recibe la alabanza
que huérfanos, tus hijos, venimos a cantar. AMÉN.
II VÍSPERAS
HIMNO
Estabas de pie junto a la cruz
cuando Jesús te dijo: “Ahí tienes a tus hijos
cuando Jesús nos dijo: “María es vuestra Madre”
y, desde entonces, nuestra Señora,
siempre nos acogiste bajo tu manto de Madre;
y, desde entonces, nuestra Señora,
siempre nos acogimos bajo tu manto de Madre.
Por eso, por eso te queremos cantar:
“María, madre de los huérfanos,
ruega por nosotros y por todos
los huérfanos del mundo”.
Estabas también en oración,
reunida con los doce, cuando nació la Iglesia,
cuando bajó el Espíritu, reunida con los doce.
Y, desde entonces, nuestra Señora,
la Iglesia te venera como Madre y Fundadora;
y, desde entonces, nuestra Señora,
todos te veneramos como Madre y Fundadora.
Por eso, por eso te queremos cantar:
“María, madre de los huérfanos,
ruega por nosotros y por todos
los huérfanos del mundo”.